10 nov 2011

El último aliento de Dionisos

La corrida nos recuerda que la vida no es más que un punto de fuga hacia la nada, una mera oportunidad que se esfuma entre dos eternidades. La tauromaquia no representa la vida, es la vida, con su azar, con su tragedia, con su muerte... y con su felicidad. La tauromaquia celebra la vida porque es la vida misma lo que en ella ocurre, y al celebrarla, nos llena de felicidad, es decir, de belleza dionisíaca. No de belleza apolínea, observable, representable, sino de la belleza del dios Dionisos, aquella que embriaga al espectador hasta convertirlo en el propio artista, aquella en la que el hombre se siente pleno de poder y de belleza, es decir, de felicidad, porque siente satisfechos sus instintos, sus necesidades. Y ahora no me estoy refiriendo al instinto de comer.
Ahora me estoy refiriendo al instinto de jugar. De jugar en este caso con la muerte, de ponerse en peligro ya sea en primera o en tercera persona) para ocupar por un momento la línea abismal que separa la vida de la muerte, y que por ello vuelve a la primera más intensa que nunca. Sólo cuando tenemos certeza de la muerte podemos aspirar realmente a disfrutar con hecho de estar vivos, sólo ante el sinsentido de la muerte podemos entender y disfrutar la ausencia de sentido de la vida. El toreo es un arte dionisíaco, que nace instintivamente, como una pulsión muscular y vital irrenunciable, que celebra en cada lance el nacimiento de una tragedia, y que evoca a cada instante el final del Universo. Un arte con mayúsculas que se ha ido desarrollando a lo largo de los siglos en diversos y muy lejanos lugares del planeta, que cobija una complejidad y diversidad de estilos que lo colocan a la altura de cualquier actividad artística humana, la más hermosa, difícil y grandiosa de todas las bellas artes de las que tenemos conocimiento. También por todo esto siguen muriendo los toros. Porque la Tauromaquia es, a día de hoy, una de las escasas oportunidades que le quedan al hombre actual de recordarse a sí mismo, el último aliento de ionisos, una de las últimas tragedias en las que el ser humano comprende el sentido de la vida después de haber observado y comprendido el verdadero sentido de la muerte".

Fernando Sánchez vindel. La tauromaquia.


Visto en http://www.cormacarena.com.co/new/documentos/en_defensa/ultimoaliento.pdf

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